Las primeras semanas siempre son un poco duras por eso de adaptarse a un nuevo ritmo de trabajo, de vida y de convivencia.
Me ha sorprendido positivamente lo grande que es la casa, lo cual dice mucho de la organización (que se ha molestado en buscar y pagar por un piso que excede los requisitos que les exige Europa). Estoy muy agradecida por ello, ya que cuando vives con 5 personas tener espacio me parece fundamental.
Creo que puedo decir que este ha sido el voluntariado donde más horas se te exigen, lo cual está muy bien poder ayudar y sentir los resultados de su trabajo. Pero esta primera semana se me ha hecho un poco cuesta arriba al estar cansado del viaje e intentando organizarme.
Espero que para las siguientes ya tenga una organización suficiente para poder equilibrar las tareas del trabajo, de la casa, mi tiempo de descanso y mis proyectos personales.
Hace unos días abrieron las tiendas de ropa pero por ejemplo, las cafeterías y restaurantes solo están abiertos para llevar.
La situación me recuerda un poco a la de España y la reacción de la gente también: una parte de las personas pasan de las medidas e intentan saltarselas constantemente. Es una pena que este tipo de actitudes estén presentes en todos los países.
En cuanto al tiempo, suben y bajan las temperaturas cada semana. Por ejemplo, esta semana bajaron bastante hasta incluso nevar pero ahora, el fin de semana, han subido y hemos llegado a los 11 grados (aunque normalmente la sensación térmica suele ser menor). Me gusto mucho ver nevar, ya que es algo a lo que no estoy acostumbrado.
He estado conociendo más Leszno, pero todavía no he tenido tiempo para ir a pasear por la ciudad y perderme haciendo fotos y conociendo sitios nuevos para mí.
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