martes, 8 de marzo de 2022

Diario de viaje: otra vez en Polonia, otra vez en Hajnowka.

Ayer volví a Polonia. Ella está como siempre pero un poco cambiada por la guerra, en las estaciones y en las calles se ve la solidaridad con el pueblo ucraniano (creo que me detendré en el tema en otra entrada).


Me sorprendió que no hacia mucho frío, para lo que estaba esperando (también supongo que todas las capas de ropa ayudaron mucho). Además, hizo soleado y no hacia viento. El viaje largo y cansado, como siempre un mix de trenes, autobus y avión, pero no se retraso ningún tren ni hubo ningún problema. Gracias a las personas que conocí por el camino y que hicieron mi paso más agradable y me ayudaron sin pestañear.


La estación de tren luce como siempre, pero está muy cambiada por dentro. Las zonas que aún no estaban restauradas del edificio principal cuando vine la primera vez, ya lo están. Y ahora hay muchas más muestras de los cambios que realizaron los distintos voluntarios, becarios y trabajadores que pasaron por aquí: fotografiás, murales, carteles...

Ahora hay muchos más personas aquí, las cuales me recibieron muy bien. Es complicado adaptarse a un ambiente donde ya una rutina y una convivencia ya creada por personas que ya se conocen entre sí, pero me dieron una grata bienvenida e intentaron que no me sintiera fuera del grupo (lo cual agradezco mucho). Ahora mismo están en un ensayo-taller sobre teatro mientras yo estoy creando contenido por si luego lo quieren usar. Sigo compartiendo habitación, aunque me ha tocado otra distinta (este cuarto es más pequeño, pero está más cerca de la estufa y del wifi).


Mi papel aquí no está delicada todo concretado ( solo sé que mis principales tareas serán la documentación y las redes sociales, y de forma secundaria ayudaré en el reclutamiento), en algún momento de hoy tendré una reunión con los jefes del proyecto para ver cual será mi aportación al proyecto y con qué empezaré a trabajar. Hoy he estado haciendo cosas, pero me han dicho que me podía tomar el día libre para asentar mis cosas y descansar (eso ya lo hice ayer, así hoy estoy buscando cosas que hacer y quiero ir al supermercado a comprar al menos la comida de la semana).

Tengo nervios -positivos y negativos- sobre mis expectativas, responsabilidades y deseos aquí. Espero poder ayudar en todo lo posible y que estén contentos con mi trabajo.

Tras mi primera noche aquí, el tiempo paso de soleado a nublado y estuvo nevando un poco. Estoy contenta de que pueda ver algo de nieve, pensé que había llegado tarde para ello (no creo que vea la nieve cuajar pero algo es algo). La estufa sigue puesta y se agradece el calor que da. 


La estación sigue con sus ruidos de siempre: las camas que crujen, las puertas que suenan, los sonidos de las personas que viven aquí, la megafonia y los trenes que pasan (aunque también tenemos ruidos nuevos: nuevos instrumentos se suman y tenemos una compañera perruna). No sé si hice lo mejor para mí viniendo aquí, pero definitivamente hice lo que creía más correcto y espero aprovechar al máximo tanto los buenos como los malos momentos y los regulares que tendré en estos meses.

 ¡Nos leemos en la siguiente entrada!


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